jueves, 23 de junio de 2011

“Nos hicieron creer que el “gran amor” sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años; no nos contaron que el amor no es accionado, no llega en el momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de la naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad; no nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de contemplar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba; no nos contaron que eso tenía nombre “anulación”, que sólo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad, no nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto, cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y ahí, cuando estés muy “enamorado de vos mismo, vas a poder ser más feliz y te vas a enamorar de alguien”. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la violencia se practica a plena luz del día.”


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